Bienvenidos a Zugarramurdi, un pequeño enclave de 210 habitantes situado a caballo entre la Montaña Navarra y el Mar Cantábrico, en el corazón de la comarca transfronteriza de Xareta. Este complicado nombre que suena a trabalenguas a quienes lo oyen por primera vez hace referencia según los propios vecinos a “olmos, avellanos y laureles”, vegetación característica del lugar. Además, frondosos hayedos, montes que hablan de mitos -como el Larrun o el Atxuri-, caseríos aislados, verdes prados, así como rebaños de ovejas latxas y pottokas jalonan el entorno de esta localidad.
Una vez en el núcleo urbano, llaman la atención del visitante los vetustos caserones dominados por la Iglesia de Nuestra Asunción y el Palacio Dutaria. Cuatro barrios diseminados, Azkar, Madaria, Etxartea y Olasur, completan sus escasos 6 kilómetros cuadrados de extensión.
La trágica historia de 31 vecinos, acusados de ejercer la brujería por el Tribunal de Logroño de la Inquisición en 1610, fue el suceso que cambió para siempre la vida en este lugar y por el que su nombre ha sido conocido universalmente. Atraídos por esta historia y las leyendas que han surgido a su alrededor, miles de visitantes se acercan cada año a conocer el “Pueblo de las Brujas” atraídos por este hecho histórico y las leyendas que han surgido a su alrededor.
El toque mágico de un lugar lleno de embrujo, un desgarrador pasado y la naturaleza en estado puro se alían en Zugarramurdi para ofrecer una atractiva oferta turística encaminada al desarrollo socioeconómico de esta localidad, tan pequeña como dinámica.
La Cueva, testigo imperturbable de los legendarios akelarres, y el Museo de las Brujas, donde la memoria histórica encuentra su espacio aboliendo estereotipos y dando voz a quienes sufrieron los estragos de una época trasnochada, constituyen visita obligada. Ambos recursos son gestionados por Zugarramurdiko Garapena SL.
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